El pollo es un verdaderamente uno de los platillos de la gastronomía mexicana casera con mayor tradición. Aun que para muchos pueda parecer complicado de preparar el adobo, en realidad es bastante sencillo de hacer y es muy versátil para combinarse con pollo o con alguna otra proteína.
Para el pollo en adobo pueden usar varias piezas de pollo como piernas, muslos y pechuga. Sin embargo hoy -y por razones de gusto personal-, usaremos solamente muslos que nos parecen ser las piezas con mejor sabor y textura para tal efecto.
Lavar, retirar la piel de los muslos de pollo y colocarlos en un refractario con sal y pimienta al gusto. Recubrir el refractario con papel de aluminio y ponerlo en horno caliente por unos treinta minutos a 180ºC.
Volvemos colocar el refractario en el horno de 10 a 15 minutos para que el pollo termine de cocerse y el adobo quede doradito.
Les recomiendo disfrutar de este pollo en adobo con un arroz blanco o rojo, unos frijoles negros y por supuesto una buena cerveza mexicana bien fría.